domingo, 13 de junio de 2010

el limonero real



Solo una gota. En el fondo de la habitación un grito. En el fondo de la tierra vos. Vos que implorás salvarte y tus ojos que no ven, y en los oidos el viento. Estás ciego, velado, desnudo. Implorás, no importa. Hace frío y no importa. Solo escuchás el grito, el tuyo, que corre a través de la sangre y muerde tus oidos (los que ven, los que palpan)
El dolor es ácido, ¿sabías? Muerde los oidos, arranca las manos. Y ácido es el secreto que lo atraviesa. Se atraviesa a tientas el secreto, se atraviesa a oscuras, a través de ramas que traspasan la garganta. Escuece acá. ¿Sentís? Estas brotando, mientras gritas bajo, mientras gritás suave y el viento en los ojos. Brotar duele. Nunca te dijeron.